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lunes, 15 de diciembre de 2014

La necesidad del liderazgo en la empresa familiar

(Artículo de colaboración con la Asociación Murciana de la Empresa Familiar)

El premio Nobel de literatura John Steinbeck publicó en 1947 una de sus obras más leídas, La Perla. En ella narra la historia de un joven y humilde pescador, Kino, quien junto con su esposa, Juana, se ve en la tesitura de salvar la vida de Coyotito, el bebé de ambos que acaba de sufrir la picadura de un alacrán. Fruto de su oficio, Kino, encuentra una perla de gran tamaño cuya venta puede proporcionar dinero más que suficiente para que Coyotito sea tratado por el médico de la ciudad y salve la vida. Sin embargo, el futuro se ve condicionado por las diferencias que tienen el padre y la madre sobre cómo se debe actuar respecto a la perla, derivando en un trágico final. Es un relato apasionante en el que el lector puede llegar a escuchar en su mente la “canción familiar” que envuelve la historia. Sin duda, una de las mayores lecciones de esta obra es que la familia fracasa en su misión porque en lo relativo al negocio que proporciona la supervivencia de la misma (en este caso, la pesca) falta la necesaria unión de los miembros.

Las diferencias de opiniones en las familias pueden conducir a situaciones indeseadas por todos sus participantes, pero que acaban convirtiéndose en una dura realidad. Con frecuencia, los desencuentros entre los miembros de la dirección de una empresa ocasionan situaciones de bloqueo en las que no se alcanza ningún acuerdo y no se va hacia ninguna parte. Ante semejantes tesituras, hay dos tipos de soluciones. La primera de ellas es el gobierno con puño de hierro de aquel que tiene una posición de mayor poder en la empresa (mayor control de la propiedad, por lo general). Es una alternativa atractiva porque proporciona una solución rápida al bloqueo y la adopción de un rumbo determinado e inalterable de la corporación pero también es una medida de división y de desgaste a largo plazo que daña a la empresa por todos aquellos que no se sienten representados y por los frecuentes abusos de poder de aquel que ostenta el mando, que producen heridas que a veces pueden no cicatrizar.

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